jueves, 29 de agosto de 2013

La violencia institucionalizada nos acosa por Eloy Reverón

La década de los sesenta cautivó a la humanidad con el sueño mágico de que todo cambiaría en el rumbo hacia una sociedad ideal. Pero en el año 1868 tuvo una connotación especial porque se hizo sentir en dimensión universal, un solo grito de protesta que quiso cambiar al mundo. La Iglesia Catótica se preparó para los grandes cambios, trabajó y estudió a fin de comprender y adaptarse a la inminente revolución. Una explosión silenciosa que estalló en Medellín.
Más allá de la minifalda, la píldora,  los hippies y las canciones de protesta quedó el El Mayo Francés...

No hay comentarios:

Publicar un comentario